23 agosto, 2014

Que dure

Mañana el C.D. Leganés regresa oficialmente a competir en Segunda División. Una década ha pasado desde la útlima vez, cuando un servidor tan sólo tenía doce años. Un niño que escuchaba al Leganés por la radio, pero que nunca llegó a pisar Butarque en formato LFP. Os podéis imaginar la ilusión que me hace estar allí, mañana, a las 19:00. 
Estos días me pasé por el polideportivo Europa de El Carrascal, donde se encuentra el campo de entrenamiento que el Leganés ha improvisado para no estropear el malparado césped de Butarque, que sigue siendo un problema para practicar fútbol de nivel. Hacemos una parada, porque David Aguilera os explica en su blog cómo el 'Lega' ha acabado ahí. Como os decía, me sigue encantando ese otro lado, el del día a día en el fútbol. En esta Segunda, equipos como Betis, Valladolid, Osasuna, Las Palmas, y un largo etcétera cuentan con toda una provincia detrás. Son equipos más mediáticos, con más masa social, con más dinero, y con más recursos que el Leganés. 
Mientras que el Betis entrena en una su ciudad deportiva Luis Del Sol de 4.000 metros cuadrados, el club pepinero lo hace -de momento- en un polideportio público, rodeado de una pista de atletismo en la que vecinos de la ciudad corren mientras tanto; duchándose en enanos vestuarios más que deficientes, y recogiendo, los propios jugadores, el material de entrenamiento -en el Betis no lo hacen-. La diferencia es abismal, y se mantiene con la mayoría de los rivales del Leganés este año. 

La magia del fútbol es que cuando llega el domingo, con el pitido inicial, el dinero, muchas veces, es papel mojado. Es el argumento de un equipo que va a pelear y correr más que el rival por mantenerse en Segunda División. Creo que voy a disfrutar como un niño -de doce años- viendo al 'Lega' por el televisión. Mañana lo haré in situ, pero desde hoy pido, no sé a quién, que esto dure. Que dure mucho. 

Les veo en Butarque. Y no olviden que el Leganés ganará al Betis.

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