28 septiembre, 2014

La pelota de tenis

Recordaréis la sublime introducción de 'Match Point' (2005, Woody Allen) en la que se hablaba de la suerte, y se utilizaba el deporte del tenis como ejemplo: Hay momentos en un partido en los que la pelota alcanza a pegar en la red, y por una décima de segundo puede seguir su trayectoria, o bien caer hacia atrás. Con un poco de suerte sigue su trayectoria y ganas. O tal vez no, y pierdes. Sin justificar la derrota del Leganés con la mala suerte, algo de eso que tan bien contaba Allen en aquella película, le sucedió al equipo pepinero en Santo Domingo. (1-0)
El 'derbi' de la hermandad por fin tuvo lugar. Alcorcón y Leganés se vieron las caras en el fútbol profesional, y siendo realistas, sin dar ningún espectáculo. Hubo cosas interesantes, sin embargo, empezando por la alineación. Asier Garitano optó por primera vez por juntar a Alberto Martín, Eraso y Diamanka, y salir con dos hombres de gol como Carlos Álvarez y Borja Lázaro. El resultado fue un centro del campo contenido pero sin suficientes ideas, y una delantera potente pero sin suficientes balones. Faltó fluidez y conexión, también frustrada por un Alcorcón que peleaba lo suyo y más.

La primera parte pasó como una clase aburrida de la que no apetece aprender nada, sin apenas ocasiones ni divertimento ninguno. La segunda mitad fue más picante. El Leganés dio los primeros sustos, y empezó a dar trabajo de verdad a Javi Jiménez. Carlos Álvarez lo puso a prueba con un disparo cruzado, y Sergio Postigo, con un cabezazo picado, lo hizo lucirse con una parada de las que dan puntos. La ocasión fue esa pelota de tenis que, con la mano milagrosa del portero amarillo, cayó en propio campo. Postigo, ese tenista que mira atónito hacia la nada preguntándose si la suerte tuvo algo que ver.

La pequeña y mamífera esfera verde sí pasaría la red, sin embargo, en la ocasión alfarera del minuto 81'. Fue una de las escasas ocasiones claras del Alcorcón, y Héctor Verdés la coló. Posiblemente Verdés debería haber rematado ese balón con mayor dificultad para conseguir un cabezazo menos fortuito. No existió tal oposición, luego no fue todo mala suerte, pero el fútbol tiene algo de eso cuando la diferencia entre la victoria y la derrota está en una pelota de tenis suspendida en el aire.

22 septiembre, 2014

Fortaleza mental

El Leganés sigue sin perder en Butarque. Estuvo cerca, pero Álvaro García lo impidió a tiempo rescatando un punto y haciendo explotar a la grada en el descuento, después de que la fugacidad goleadora del Racing pusiera un 0-2 en el marcador en un abrir y cerrar de ojos. (2-2)
Quebrando el comercial del plus, no hace falta 'abusar de tu imaginación' para salir de Butarque con la sensación de que los 5 puntos de los hasta ahora 6 que acompañan al Leganés en la tabla de clasificación, podrían ser perfectamente 9 de 10. Pienso en el maltrecho empate contra el Alavés después de un gol en propia meta y en éste en el que la victoria podría haber sido una realidad si Koné no llega a confiar tanto en su pie derecho. Pero aparquemos el fútbol ficción. 

Fue en el 36' y en el 37'. Un lapso -y lapsus- fatídico para el 'Lega' en el que no se lo creyó ni el Racing. Dos goles: el primero, un auténtico despropósito defensivo en el que Koné penetra con el balón en el área tras mil rebotes -exageración para entender las dimensiones del asunto, aunque en directo efectivamente me parecieran mil-, y con otro más, David Concha termina marcando lo que Francis no pudo. El segundo, seguidamente tras el saque de centro. El Leganés perdió la pelota ante la presión de Koné, quien en modo correcaminos salió disparado hacia la portería. Sin pensárselo mucho, colocó el balón desde 25 metros con la suficiente potencia para que resultara inútil cualquier estirada. Como decía, Queco no llegó. Si es un error o no encajar dos goles en menos de dos minutos, yo siempre diré lo mismo: es un error.

Sin embargo, la épica remontada contra el Mallorca de hace dos semanas sirvió para mantener intactas las expectativas de cara a la segunda parte. Lo mismo ocurrió en las piernas de los jugadores: corrían con fe. Dominio absoluto en la segunda mitad. El Racing, con una renta aparentemente suficiente, se encerró atrás y aguantó hasta morir. Desproteger el 0-2 después de cuatro derrotas consecutivas era una locura, imagino que pensaría Paco Fernández. Pero Butarque sigue siendo difícil, y el Racing lo sintió cuando el 'Lega' se obcecó con el gol. Diamanka recortó distancias con un golazo. Me comentaba después del partido que sí, que quiso poner el balón justo ahí. Le creo. 

Y llegó el tramo final, donde el Racing optó por tirar de pérdidas de tiempo en forma de esa antideportiva pero válida forma de esquinarse en el córner. Acciones que derivaron en calentones, y en manotazos absurdos -le costó la roja a Andreu, y el Racing se quedó con diez en el 89'-. Cuatro minutos de añadido, suficiente para Álvaro García: marcó en el 91' después de un poste de Eizmendi, y el griterío, una vez más, inundó Butarque. Ese lugar donde la fortaleza mental, de momento, supera a la futbolística.

15 septiembre, 2014

Tres de cuatro

Son los partidos en los que el Leganés ha conseguido sumar, y quizá el punto de ayer sea el más valioso de los cinco con los que cuenta. (0-0)
No premió el técnico de Vergara el reciente hattrick de Borja Lázaro, y nos dejó a todos con gesto de sorpresa al ver la alineación, un gesto que desapareció cuando el partido terminó. Porque poco fútbol (del bonito) nos brindó ayer el equipo de Asier Garitano, impedido por un Lugo con poder de dominio instantáneo. Los de Quique Setién tan sólo dejaron el balón al Leganés durante algunos minutos de la primera parte, en los que sólo un zurdazo de Alberto Martín provocó trabajo en el portero lucense. El mediocentro extremeño del Leganés fue uno de los protagonistas del partido, no sólo por generar la única ocasión clara para el 'Lega', sino por ser quien pagó el pato de las amarillas. El colegiado anduvo con la mano suelta durante un partido que se pareció poco a la guerra, y entre las ocho amarillas del partido (¡ocho!), el Leganés se quedó con diez.

Y aguantó hasta el final. Un suspiro de alivio -casi de celebración- se escapó en las casas leganenses que disfrutaban -o sufrían- a través de la página web de la LFP. El Leganés se pareció a ese que terminó la liga el año pasado contra Guijuelo, Lleida u Hospitalet. Ese que se mostró impenetrable, y que se valía de uno de sus pilares más poderosos para ganar partidos, o al menos no perderlos: la defensa. 
Ayer volvió a tirar de él para ganar un punto que supo mucho mejor que el de la primera jornada, después de encajar un gol en el minuto 6, por suerte anulado, de quedarse con diez a 30' del final, o de que el poste salvara un gol en los minutos finales. Conseguir más que un punto era imposible.

Ya saben, si no puedes ganar, no pierdas. Son estos los puntos que valen oro.

08 septiembre, 2014

La noche de Borja Lázaro

Butarque se fue al descanso en la tercera jornada de Liga Adelante con una realidad que hacía tiempo no se vivía: ser claramente dominado. No salió nada, y para colmo la desventaja en el marcador hacía prever un nuevo resultado adverso. En la grada, los 'nuevos' sacaron a pasear su escaso criterio y paciencia con algunos pitos, porque no sabían que eso de que las segundas partes nunca fueron buenas sólo pasa en el cine.
"Les dije que salieran a hacer lo que ellos saben, jugar al fútbol". Como Al Pacino en 'Un Domingo Cualquiera', Asier supo espolear a base de palabras a su jugadores durante el descanso. Dicho y hecho. El Mallorca desapareció en la segunda mitad, casi literalmente, y volvió el Leganés del primer partido de Liga contra el Alavés. Llamó a la puerta hasta, esta vez sí, romperla.

La entrada de Fran Moreno en el 60' aportó más movimientos arriba, y algún que otro desajuste defensivo en el Mallorca, quizá pensando en volver a la isla con la renta de la primera parte. El partido no estaba perdido para los pepineros, aunque lo pareciera, y el Leganés demostró que en su casa dará que hablar. Y el encargado de que se hable hoy del Leganés fue Borja Lázaro. Agárrense. Cabezazo magistral en el 62', de esos con más colocación que fuerza, a los que no llegaría ni 'Boomer'. Remate desequilibrado en el 65' tras una jugada por banda izquierda de Velasco, otro cuyo regreso al once fue atronador. Disparo casi imposible al palo en la primera parte, y asistencia de gol en la segunda. La remontada ya era un hecho, pero en el 75' la grada pepinera levantó su culo del asiento por tercera vez: la sentencia, de nuevo con un cabezazo de Borja que se coló tras golpear en la defensa mallorquinista, para infortunio de Cabrero. 

Fue con una reacción tan inesperada como apabullante como el Leganés pasó por encima al Mallorca y logró la primera victoria en la Liga Adelante (3-1). Fue la noche en la que el griterío de Butarque se oyó hasta en Parquesur. La noche de un nuevo ídolo para la parroquia pepinera. La noche de Borja 'Mandzukic' Lázaro -así lo definió el 'Guaje'- para erigir el bendito debate del 'nueve'.

02 septiembre, 2014

Cuestión de eficacia

La primera derrota de esta nueva aventura llegó en Llagostera (2-0), uno de los otros tres compañeros de ascenso del Leganés. Un rival a priori más asequible que el Alavés de la primera jornada, ese que pudo haberse ido 'calentito' de Butarque. Pero no fue así. 
Rival relativamente desconocido -Asier aseguró en la previa que no sabía lo que se iban a encontrar-, viaje eterno en autobús -ocho horas aproximadamente sin mover el culo-, partido a puerta cerrada -sanción impuesta por los gestos racistas de una aficionada-, y siguiendo la escala de grises, derrota. No fue excusa, porque el Leganés saltó al verde e hizo una buena primera parte. Dominó, controló, asustó, y tuvo llegadas, pero no contundencia en el área. O mejor dicho, las áreas, en plural. Faltó acierto, todo lo contrario que el equipo catalán. Llegó tres veces, marcó dos goles. El tipo de eficacia con la que gusta ganar, y nunca perder. El primer gol en el llamado minuto psicológico -descuento de la primera parte- supuso una ventaja para el Llagostera que le permitió encarar la segunda parte aglomerándose atrás para impedir que el Leganés consiguiera algo. No sólo fue así, sino que llegó su segundo, obra de un inspirado Jordi López, y adjetivo totalmente opuesto a la tarde pepinera. 

Pero lo que el domingo fueron lágrimas, el lunes tornaron en sonrisas cuando los aficionados abrieron sus canales de información pepinera y vieron que Dioni había vuelto. El tipo de los 21 goles en la 2012/13 que tanto gustó a la grada, ha regresado al 'Lega' cedido del Granada C.F, y tras rechazar mejores ofertas económicas. No era el más deseado, en cambio, por Garitano, que quiso esperar para pescar algún descarte de Primera, como él mismo ha reconocido en Horablanquiazul, con su siempre arrolladora sinceridad. El mar, sin embargo, estaba tranquilo, y Dioni recibió el 'ok' del míster, la llave que desbloqueaba la operación. Su llegada el último día de mercado deja claro que en el club siempre se pensó en él, aunque fuera en el último de los casos. Pero para último, Jon Ander Serantes, el fichaje in extremis del 'Lega' para la portería. Será uno de los tres porteros, cifra que quería Asier: "me gusta tener plantillas de 24 jugadores: 21 de campo y 3 porteros", aseguró en el citado programa de radio. 

Ahora, el Leganés ya tiene todos los ingredientes para la temporada diez años anhelada. De momento huele bien, veremos si se pueden comer el domingo al Mallorca. Un punto en tres jornadas sería escaso premio.