26 julio, 2014

Hola, Segunda

El pitido final en Hospitalet supuso licencia para imaginar, para ver dentro de nuestra cabeza sin miedo a supersticiones que lo impidieran, a un Leganés en Segunda. Pero a medida que se acerca el 24 de agosto, la imaginación pasa a ser pura realidad.
Ha pasado más de un mes desde entonces, y empiezo a asimilar con más naturalidad eso de ver el escudo blanquiazul cada vez que abro la app de la LFP en el móvil. Todo empezó cuando la bandera pepinera cogió sitio en la sede de la Liga, junto con otras compañeras de tela. Banderas como la verdiblanca, rojilla, o blanquivioleta, que hace unos meses compartían salón con los mejores. A creérselo también ayudan los fichajes. Buenos, malos, mejores o peores. No importa. Cualquier nueva incorporación te recuerda una vez más que el Leganés está en Segunda. Eclipsaron las dolorosas bajas, y Borja Lázaro, César Soriano, Rubén Peña, Alain Eizmendi o Pape Diamanka ya 'tuitean' como pepineros. El equipo coge forma, comenzaron los entrenamientos y los amistosos están a la vuelta de la esquina. La prueba definitiva de que esto está muy cerca ha sido el calendario. Conocer el primer rival, el segundo, el tercero, el decimoquinto, el vigésimo primero y el último, es señal ineludible de que falta muy poco. No cabe duda de que el 'Lega' está en Segunda cuando le toca viajar a cualquier rincón de la geografía española, y no sólo a las seis provincias a las que limitaba la Segunda B.

Un calendario que tiene cuatro jornadas más (de temporada regular) que la categoría de bronce. Un calendario con cinco partidos en noviembre y marzo, y seis en mayo. Serán meses duros, seguro. Un calendario en el que el Leganés jugará doblemente fuera de casa de forma consecutiva. Primero contra Las Palmas y Sabadell las jornadas 16 y 17, y más adelante contra Zaragoza y Alavés en la 21 y 22. Un problema que se recuperará a medias, pues tan sólo habrá dos jornadas seguidas en Butarque: la 37 y la 38, ahora recibiendo a los catalanes y los canarios. Pero me gustan dos cosas: Butarque abre y cierra el campeonato para el Leganés, y en el tramo final, la condición de local será sin duda una ventaja: 4 de 6 en casa. El resto, puedes comprobarlo tú mismo aquí.

Aún queda por ver las nuevas equipaciones, las sensaciones que transmite el equipo en pretemporada, y lo más importante, llegar a Butarque el 24 de agosto. Pero ya termino de creérmelo. Lo que el 22 de junio era la confirmación de un sueño cumplido, ahora es cada vez más real.

22 julio, 2014

Un mes

Hoy, justamente hace un mes, asaltaba a eso de las 21:15 horas el césped de la Feixa Llarga de Hospitalet, en Barcelona. Un gesto en el mundo del fútbol que está reservado a muy pocos aficionados, y que muchos pepineros pudimos disfrutar para celebrar junto con los artífices, el ascenso a Segunda División. Todo gracias a un temporadón del Club Deportivo Leganés, y en concreto, a esa chilena del 'Guaje'. 


La experiencia fue inolvidable, y me alegro de tenerla en el recuerdo (positivo) para siempre, como tengo de igual forma, intacta, la eliminación de hace un año. Porque si algo te deja el fútbol, son momentos. Buenos y malos, pero con la misma potencia y consecuente facilidad para encontrarlos en el abismo del cerebro. Por eso me gusta. Porque es la cosa más importante de las cosas menos importantes. Porque gracias a ese partido, a ese año, a esos jugadores tengo más días guardados para siempre. Aquel viaje ilusionante de ida e interminable de vuelta, aquel éxtasis en el momento del gol con Vicente Serrano alías Pitu entre la afición rival, aquellos abrazos con amigos y jugadores a los que había entrevistado días antes, aquel sorprendente hermanamiento entre aficiones intercambiando camisetas y bufandas al final del partido, o compartir aquella grabación con la que nos deleitó Víctor Gil para la eternidad. Había otros deportes, otras formas con las que gastar el tiempo, pero elegimos el 'típico', el de masas, el de dar patadas a una pelota. Quizá porque, como decía Boskov, es sencillo, y te termina demostrando que peleando hasta el final, obtienes recompensas, por mucho que por el camino fracases una y otra vez. Acepto que es una relación tremendamente repetitiva, pero sigue siendo la vida misma. Por eso asaltamos el césped aquella noche. Porque vimos nuestro éxito en las botas de aquellos hombres vestidos de verde. Porque después de diez años, volvimos a tocar el cielo. Hoy. Hace un mes.

10 julio, 2014

"Sí quiero"

El fútbol es como una mujer. Un matrimonio que, por cultura, costumbres, o herencia,  desde que nacemos tiene nuestro amor para toda la vida. Pero hoy de desamores va la cosa, porque todos han dicho adiós. Carlos Martínez, De La Vega, Valleros, Fer Ruiz, Pírez* y el último, Dani Gómez.


El año pasado sólo ellos seis continuaron luchando por el sueño que perdieron en el último instante. Hubo lágrimas. Lágrimas que un año después fueron de alegría. Ascendieron al Leganés a Segunda, aunque algunos con roles ligeramente diferentes. Hoy, sin embargo, ninguno defiende estos colores.

El fútbol moderno es así. Cuesta encontrar esa fidelidad recíproca club-jugador que haga infinita la continuidad. Porque ya no veremos los zurdazos de Carlos, la intensidad defensiva de De La Vega, el pundonor de Dani Gómez, las ganas de Valleros, los disparos del uruguayo, ni los alocados regates de Chenan. Es verdad que algunos de ellos eran ‘capitanes’ por poco, pero ya se habían impregnado de blanco y azul. Porque ser capitán no es llevar el brazalete ni elegir cara o cruz antes del pitido inicial. Es saber lo que representas, y honrarlo con tu fútbol, tus ganas, y tu fe. Y sin capitanes se pierde el rumbo, y la esencia de una tripulación.

Por suerte, muchos de los que vinieron en la 2013/14 demostraron tener brújulas calibradas, que no son otra cosa que las mismas ganas de los que se quedaron. El brazalete de capitán lo paseará ahora Sergio Postigo, el único con más recuerdos pepineros que ninguno, y que le ha permitido ser ya jefe de filas. Pero lo podría pasear Mantovani, Carlos Álvarez, Álvaro García o Queco Piña, porque han demostrado sentir los colores, y no negaré que es de lo que se trata. El viaje está asegurado, pero los que somos románticos en esto del amor, seguiremos anhelando un “sí quiero” que dure toda la vida. Qué le vamos a hacer. 

01 julio, 2014

Mamá y Papá

Comienzan los fichajes. El Club Deportivo Leganés ha hecho oficial en el día de hoy la contratación de Borja Lázaro, un “delantero nato” que acompañará a Carlos Álvarez en su labor por hacer al Lega más grande en Segunda. El de Carabanchel debutará en la categoría de plata, gracias a, entre otros, dos jugadores que acaban de renovar.


No es casualidad que Martín Mantovani y Javier Eraso sean los primeros en firmar un año más con el Leganés. Las prioridades del club son evidentes: dos jugadores de los veintitrés que tienen culpa del ascenso pepinero, y que han logrado ser dos pilares inamovibles del once titular de Asier Garitano, siempre por méritos propios.

Qué decir del argentino. Está claro que el ‘quilombo’ al que se refería 'la triple M' era allá por la grada, porque en el verde todo es orden y disciplina. No recuerdo (ayudadme) un jugador que haya conseguido marcharse de Martín Mantovani. La solvencia y facilidad con la que controla las situaciones son abusivamente dignas de Primera. Eficiencia pura, y un carácter ganador que ha hecho que todos nos rindamos ante él. Ya decía Dani Barrio, quien también jugó con él en Oviedo, que Martín nunca le dejaba atrapar el cuero cuando éste se acercaba al área. Todo lo despejaba el de Tucumán. Su renovación ha sido el primer fichaje, y la primera alegría para el aficionado.

Unos metros por delante juega el navarro. Javier Eraso llegó procedente del Bilbao Athletic, y con veinticuatro años ha ascendido, no sólo de categoría, sino de cabo a capitán general de la sala de máquinas del Lega. Él manda ahí. Sabe lo que hace, y el equipo nota su criterio a la hora de sacar el balón, de jugarse el tipo, y el tiro. Acertó ocho veces (no se me olvidará aquel derechazo en Fuenlabrada) y se ganó el respeto de la grada. Su proyección es una obviedad.

Con alguna que otra baja de renombre, la intención de mantener el bloque no es sólo acertada sino necesaria en Segunda. La esencia de este equipo no es tanto la ‘normalidad’ impuesta por Asier como la engrasada conexión de sus piezas. Y Martín y Eraso, con permiso del que dio nombre a este blog, son el cemento de un edificio sin vértigo, el aire que oxigena al equipo, y los padres que sustentan un bloque que intentará mantener la normalidad. Pero esta vez, en Segunda División.