22 septiembre, 2014

Fortaleza mental

El Leganés sigue sin perder en Butarque. Estuvo cerca, pero Álvaro García lo impidió a tiempo rescatando un punto y haciendo explotar a la grada en el descuento, después de que la fugacidad goleadora del Racing pusiera un 0-2 en el marcador en un abrir y cerrar de ojos. (2-2)
Quebrando el comercial del plus, no hace falta 'abusar de tu imaginación' para salir de Butarque con la sensación de que los 5 puntos de los hasta ahora 6 que acompañan al Leganés en la tabla de clasificación, podrían ser perfectamente 9 de 10. Pienso en el maltrecho empate contra el Alavés después de un gol en propia meta y en éste en el que la victoria podría haber sido una realidad si Koné no llega a confiar tanto en su pie derecho. Pero aparquemos el fútbol ficción. 

Fue en el 36' y en el 37'. Un lapso -y lapsus- fatídico para el 'Lega' en el que no se lo creyó ni el Racing. Dos goles: el primero, un auténtico despropósito defensivo en el que Koné penetra con el balón en el área tras mil rebotes -exageración para entender las dimensiones del asunto, aunque en directo efectivamente me parecieran mil-, y con otro más, David Concha termina marcando lo que Francis no pudo. El segundo, seguidamente tras el saque de centro. El Leganés perdió la pelota ante la presión de Koné, quien en modo correcaminos salió disparado hacia la portería. Sin pensárselo mucho, colocó el balón desde 25 metros con la suficiente potencia para que resultara inútil cualquier estirada. Como decía, Queco no llegó. Si es un error o no encajar dos goles en menos de dos minutos, yo siempre diré lo mismo: es un error.

Sin embargo, la épica remontada contra el Mallorca de hace dos semanas sirvió para mantener intactas las expectativas de cara a la segunda parte. Lo mismo ocurrió en las piernas de los jugadores: corrían con fe. Dominio absoluto en la segunda mitad. El Racing, con una renta aparentemente suficiente, se encerró atrás y aguantó hasta morir. Desproteger el 0-2 después de cuatro derrotas consecutivas era una locura, imagino que pensaría Paco Fernández. Pero Butarque sigue siendo difícil, y el Racing lo sintió cuando el 'Lega' se obcecó con el gol. Diamanka recortó distancias con un golazo. Me comentaba después del partido que sí, que quiso poner el balón justo ahí. Le creo. 

Y llegó el tramo final, donde el Racing optó por tirar de pérdidas de tiempo en forma de esa antideportiva pero válida forma de esquinarse en el córner. Acciones que derivaron en calentones, y en manotazos absurdos -le costó la roja a Andreu, y el Racing se quedó con diez en el 89'-. Cuatro minutos de añadido, suficiente para Álvaro García: marcó en el 91' después de un poste de Eizmendi, y el griterío, una vez más, inundó Butarque. Ese lugar donde la fortaleza mental, de momento, supera a la futbolística.

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