16 noviembre, 2014

El fútbol no perdona

El fútbol no está exento de errores, y hacer más minutos buenos que malos tampoco es sinónimo de victoria. El partido de ayer fue otro capítulo de la enciclopedia futbolística, donde se escenificó una de las esencias de este deporte: no siempre gana quien más virtudes presente, sino quien menos errores cometa. (Leganés 1-2 Girona)
Esa podría ser una lectura tan válida como decir que el 'Lega' tuvo ayer mala suerte, y que el árbitro estuvo lejos de ser igualitario. Pero la suerte y el árbitro son dos factores con los que, para bien o para mal, hay que contar cada domingo, en cada salto al verde. Es por eso que por muy evidente, casual, o injusta que sea su interacción, no han de ser excusa.

Con otro baile de cambios en el once inicial por parte de Garitano, el Leganés lo hizo todo bien hasta el minuto 32'. Dominio, llegadas, ocasiones y como fruto, un gol. Todo parecía salir a pedir de boca ante un Girona atemorizado por el rendimiento inicial de los pepineros. Pero este deporte necesita pocas concesiones para matarte, y el Girona lo confirmó. Pérdida de Diamanka y una defensa a contrapié le sirvió a Sandaza para batir magistralmente a Queco. Un error, un gol. Demasiado castigo con el que el 'Lega' dejó de ser el mismo. La segunda parte fue un dominio alternativo, con ambos equipos capaces de hacer daño por igual, aunque con la tónica pepinera del perdón continuo. Algo que por alguna extraña razón se convierte en una indirecta para el rival, en un reto, en una invitación a intentarlo. Vamos a llegar nosotros y la vamos a meter, se autoconvenció el Girona, imagino. Fran Moreno avivó ese mensaje cerca del final, cuando en la ocasión más clara del partido, volvió a perdonar los tres puntos delante de Becerra.

Y claro, los libros no se equivocan. Llegó el descuento, y como si estuviera escrito, el Girona no perdonó en su ocasión final. El Leganés puso todos los impedimentos posibles, pero hacerlo sobre la línea de gol fue pender de un hilo. Si fue falta a Queco o no, ya no importa. Otra lección más con la que aprender, a pesar de que esta vez sea a expensas del disgusto local. Fue la primera derrota en Butarque.

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