07 diciembre, 2014

Otra vez en la orilla

El macabro guión del gol en el último minuto volvió a repetirse, esta vez en Las Palmas. Caer derrotado contra el que es fácilmente comparable como el Real Madrid de la categoría, era previsible, y más aún lejos de Butarque, donde el 'Lega' ofrece más dudas que en ningún sitio. Sin embargo, el sentimiento de cabreo, rabia y desazón que deja otro gol en el último minuto esta vez es fácilmente excusable: Las Palmas fue mejor. (Las Palmas 1-0 Leganés)
Los mismos que empezaron en la victoria al Valladolid, empezaron en Gran Canaria. Repetía once Asier Garitano, a excepción de la portería por causa más que justificada. Sin embargo, el partido fue muy diferente. El Leganés no tuvo otro remedio que construir un sólido muro con el que resistir las embestidas canarias. Las Palmas transmitía peligro en cada merodeo por las inmediaciones del área, pero el 'Lega' fue capaz de reducir el peligro a sólo una ocasión de gol, en la que Araujo se topó con un soberbio Queco Piña. A los pepineros les salía todo bien en defensa, imponiéndose incluso una y otra vez a los muchos balones aéreos que llegaban al área.

Raramente, los minutos pasaban y el 0-0 seguía inmóvil en el marcador. El 'Lega' estaba aguantando y frustrando cada vez más al equipo local y a una afición a cada minuto más impaciente. Aguirre fue aire fresco en la segunda parte, y aportó esa chispa de velocidad que le estaba faltando al equipo pepinero en ataque, cuya atención y energía estaba centrada sin duda en mantener cubiertas las espaldas. Con los minutos, el equipo canario fue cediendo espacios atrás, y el Leganés comenzó a tener protagonismo cerca del área de Casto. Un protagonismo en el que faltó entendimiento y arrojo para hacer más daño, aunque de ser así podría resultar contraproducente. Como efectivamente ocurrió. Las Palmas armó un contraataque cuando el Leganés estaba con las piedras de su muro repartidas por el campo tras una buena llegada de Álvaro García en la que no hubo finalización. De un área se pasó a otra y Asdrúbal, no sin algún que otro impedimento, encontró el hueco que hasta ahora no había encontrado.

Tan merecido era el gol como lo podría haber sido el empate por la magnífica resistencia que ofrecieron los pepineros. Sin embargo, es el maldito último minuto el que vuelve a sacar de sus casillas a uno, y le lleva a preguntarse cómo es posible que ocurra tan a menudo. ¿Será cosa del fútbol? ¿Los cuatro puntos perdidos en Gijón, Girona, Miranda y Las Palmas contrarrestan los cuatro puntos ganados con Betis y Racing? Olvídenlo, cualquier elucubración ahora es desesperada, y yo quiero seguir disfrutando. Próxima parada: Sabadell.

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