11 enero, 2015

Déjà vu

Ir a Butarque es sentirse como algún día lo hizo Émile Boirac, ese filósofo francés que acuñó el término con el que hoy titulo mis palabras, porque sentir que una experiencia actual se ha vivido en el pasado es lo que sucede, en repetidas ocasiones, en el feudo pepinero. (Leganés 2-0 Barça B)
Era fácil salir el sábado con la sensación de que el 2-0 al filial culé había sido el típico partido cómodo del Lega. Lo que no es tan fácil es convertir en típico una victoria. Algo que es posible porque el Leganés y su feudo forman una simbiosis casi perfecta -irracional o difícil de explicar si se compara con los resultados fuera de él-. Ayer volvió a quedar demostrado con un partido imponente de los pupilos de Asier, minimizando a jugadores que quizá en un futuro despunten en las mejores ligas europeas, como ya hizo un tal Puyol después de caer hace más de quince años en Butarque. Un partido, volviendo al inicio, ya vivido en el fortín pepinero, no sólo porque la última visita de La Masía al sur de Madrid acabara con resultado idéntico, ni porque Velasco y Eraso repitieran los goles e incluso los minutos del partido contra el Recreativo, sino porque es la tónica de una asociación equipo-campo que desde hace mucho tiempo es sinónimo de puntos.

Puede parecer que jugar como local asegura puntuar, pero sólo siete de veintidós equipos en esta Liga han alcanzado la cifra de seis victorias en casa en lo que va de campeonato, algo que dice mucho de un Leganés que se encuentra en esa lista, sobre todo cuando cuatro de ellos son los cuatro primeros. Día o noche, frío o calor, sol o lluvia. No importa, el 'Lega' siempre responde en Butarque, y visitarlo cada dos domingos es como ligar conduciendo un Aston Martin, sabes que el porcentaje de probabilidad de salir victorioso está más cerca de cien que de cero.

El enfermo césped del estadio blanquiazul y las botas pepineras se entienden bien, y el primero de los novatos continúa firme en la Liga Adelante gracias a esa complicidad. Lástima que los próximos dos domingos el Lega visite Zaragoza y Vitoria. Es lejos de aquí donde aún queda mucho por mejorar. Recurriremos, si no queda otra, al espíritu de Sabadell. Porque no duden que cuando venga el Llagostera, tendremos otro déjà vu.

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