05 enero, 2015

Año nuevo, derrota nueva

El Leganés abandonó otro campo de altura con esa mueca de frustración, un gesto propio de quien reconoce haber perdido un tesoro que tuvo en las manos. Un partido escrito por el mismo guionista de Gijón nos regaló cuatro minutos de felicidad. Fue lo que duró la ventaja pepinera en el marcador, para deshacerse después en favor de un Miguel De Las Cuevas en gracia. (Osasuna 2-1 Leganés)
Todas las derrotas duelen, pero la del sábado pareció dejar especialmente dolido a Asier Garitano. Dejó Pamplona con cara de pocos amigos y sin muchas ganas de hablarle a nadie. La ventaja conseguida con mayor control que nunca lejos de Butarque, en forma de contraataque de manual entre Alberto-Álvaro-Borja, se desperdició demasiado rápido. Fue el epicentro del cabreo de Asier, y de todos, porque como si de un truco de magia se tratara, el control desapareció, y la inercia del partido cayó a favor de un Osasuna que empezó a creer, y en contra de un Leganés que empezó a dudar. 

"Se ve venir el segundo gol rojillo", recuerdo que pensé en la cabina 22 de El Sadar, en aras de mi negatividad. Los mismos precedentes que tenía para pensarlo me daban un resquicio de esperanza para no hacerlo, por aquello de que de los errores se aprende. Tristemente, un inspirado rojillo con un 8 a la espalda y un mal rebote en Mantovani dieron la razón a las sensaciones iniciales a los diez minutos. Con el pitido final, los blanquiazules nos fuimos del antiguo Reino de Navarra con otra derrota inmerecida bajo el brazo, con otro partido competido casi a la perfección en vano, y con la misma falta de acierto después de tres ocasiones claras de gol: una volea de Eraso a los cielos en un mano a mano, un zapatazo al palo de Mantovani, y un remate a bocajarro de Álvaro salvado in extremis. 

Afortunadamente, la clasificación se ha portado bien y ha dejado al Leganés duodécimo, sólo un puesto por debajo del que empezó la jornada. La cosa se aprieta, pero en este blog sólo miramos hacia delante, lo que en una lista vertical del 22 al 1 significa hacia arriba. Claro que una dosis de suerte nunca vendría mal. Espero que me lean los Reyes Magos.

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