22 febrero, 2015

¡Imparables!

El doloroso gol encajado en el último minuto en El Molinón se palió con otro al Betis la jornada siguiente, también en los últimos instantes. Pero las derrotas contra Girona, Mirandés o Las Palmas, todas ellas in-extremis, aún había que cobrarlas. Por fortuna, el fútbol suele devolver parte de lo que quita. Ayer el Leganés se cobró la mala suerte sufrida jornadas atrás con un gol en el límite para conseguir la nada despreciable cuarta victoria consecutiva. Casi ná. (Racing 1-2 Leganés)
Con resultados como el del sábado uno piensa que el fútbol es justo. Claro que, cuando lo es para uno lo deja de ser para otro. El Leganés volvió a encarar el partido con actitud, confianza y control, como ya hiciera en Mallorca. Los buenos resultados -y los fichajes- aportan un plus en todas las facetas, y los fantasmas que surgían lejos de Butarque parecen haberse espantado de golpe. Al menos en la primera parte, porque la segunda pudo ser para cualquiera. Todo hubiera sido muy diferente, claro está, si Javi Soria hubiera apuntado mejor desde los once metros.

Es difícil etiquetar de héroe a Chuli sin poner antes una estatua a Serantes. El de Barakaldo salvó al equipo con la puntita del pie, y evitó una noche amarga para su amigo Erik Morán, que con una acción más tonta que dura, cometió penalti y dejó al Leganés con diez, justo cuatro minutos después de que el colegiado hiciera lo mismo con el Racing tras expulsar a Borja Granero. Los pepineros sobrevivieron al acoso racinguista, basado en pisar campo contrario más que otra cosa, y se repusieron del fatídico 'penalti y expulsión'. Tanto fue así, que el Lega empezó a reencontrarse con la pelota, y parecía no conformarse con el empate, algo que quizá era sensato amarrar después de todo. Pues no. En el 93', Rabello recibió en la derecha, la puso al área, y allí estaba Chuli. El onanismo, entenderán, fue necesario. Más aún para los valientes que apostaron al negro.

Así, mientras que el Leganés se acerca cada vez más a la salvación, vacila con los playoffs. Ya es un sueño cumplido ver a los blanquiazules tan alto, imagínense pensar por un segundo en las posibilidades de colarse entre los seis primeros. No me encariño demasiado con ello tanto como con el objetivo más obvio: ganar cuatro partidos más y llegar cuanto antes a los 50 puntos. Que se preparen los vecinos.

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